Fascismo cavernario

10 diciembre 2022

Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo. (Albert Camus)

  1. Si no maltrata, se siente maltratado(a) en un futuro que solo existe en su imaginación, para justificar el maltrato que actualmente practica y es lo único que existe. Su indignidad habitual no tiene disculpas, futuras o pasadas. Es lo que es ahora y continuará siéndolo, sin importar hasta cuándo le permitan serlo.
  2. Una de las muchas invenciones odiosas del fascismo era obligar a sus opositores a tragar una enorme dosis de aceite de ricino, para hacerles perder el control de sus esfínteres. Nada mortal, sin duda, pero de todos modos humillante y capaz de doblegar el respeto que cada uno siente por sí mismo.
  3. Visto en perspectiva, inventar el fascismo era poco menos que inevitable. Fue como si la inestable modernidad del siglo XX estuviera esperándolo para satisfacer su sed de verdades absolutas, precisamente cuando costaba creer en nada. ¿Por qué imaginamos que derrotarlo nos libraría definitivamente de una demanda todavía tan arraigada en el siglo XXI?
  4. Después de un siglo de existencia, cuando su derrota se celebró con bombos y platillos, el fascismo adopta mil disfraces seductores, vuelve renovado y destruirlo parece imposible, porque renace donde menos se lo espera, entre quienes hasta no hace mucho lo adversaban.
  5. Basta un par de hábiles cambios cosméticos y el new look del fascismo se encuentra disponible para seducir a nuevos incautos, que lo consideran superado o no tienen una mínima idea de su prontuario y creen haber descubierto su propia voz, cuando solo hacen playback del pasado.
  6. Los fascistas de hoy acusan de fascistas a sus enemigos circunstanciales, no para reconocer que comparten las mismas convicciones, sino para desvincularse ellos de una evidencia que resulta difícil de tolerar. Si algo asombra no es el disfraz, sino la aceptación suicida de sus seguidores.
  7. El fascismo clásico era a su modo nostálgico. Pretendía conectarse con el pasado heroico, para justificar un presente que no llegaba estar a la altura de sus promesas. El fascismo fashion da la espalda a todo lo que no sea flamante, para distraer de la penosa (por inevitable) repetición del pasado.
  8. Hay que reconocerle al fascismo su dedicación a la puesta en escena. Aunque en la práctica revele sus limitaciones para transformar la realidad, en el arte de inventar seductoras apariencias demuestra una maestría insuperable. Mientan, planteaba Goebbels, y ellos lo hacen convenciendo a quienes han sometido, y aunque resulte inverosímil, convencidos de sus mentiras ellos mismos.
  9. Desde el momento en que la opinión pública se deja seducir con tal impunidad y la verdad tarda tanto en revelarse, hablar en nombre de la mayoría se convierte en un abuso rentable, que oculta los intereses mezquinos. Tarde o temprano (siempre demasiado tarde) tal abuso habrá de cobrarse.
  10. El fascista miente para otorgarse una representatividad multitudinaria que puede haber conseguido legalmente, desinformando a quienes lo apoyaron, pero que a continuación utilizó en su exclusivo beneficio. Miente mientras le permiten. Si no le concedieran audiencia, igual mentiría, causando risa o pena.
  11. Si hay algo sagrado para el fascista, no son los altos principios que exhibe para que otros se deslumbren, sino el resguardo de los privilegios que actualmente goza. Nada debe cambiar nunca, en el entendido que lo existente no beneficia a nadie más que a sí mismo.
  12. ¿La multitud que valida el discurso fascista, solo puede ser vista como su víctima? Cuesta ignorar que al aceptarlo se volvió su cómplice y sin duda saca más de una ventaja mezquina del sometimiento. Esperaban compartir un proyecto condenable y convertirse en sus víctimas no los disculpa.
  13. Sectario, el fascismo no duda en abrirse a todos, no para entender ni representar la diversidad, sino para anularla con un discurso que se anuncia unánime, superador de las diferencias que existen, después de lo cual solo habría sitio para el aplauso. Entonces, la secta que conduce abarcará todo.
  14. Defendían las tradiciones, la familia patriarcal y la propiedad privada. Hoy se modernizan, porque no se puede ir muy lejos con banderas tan maltrechas. Ahora son modernos, open mind y antiautoritarios, pero llamándose libertarios, dejan intacta la vieja impaciencia por dejarse de rodeos y tomar justicia con sus propias manos.
  15. Hay algo seductor en el fascismo: la promesa de volver a la ley de la selva, para imponer la voluntad de quien está por encima de los acuerdos previos y aplasta a los imbéciles que todavía creen en su vigencia, despojándose de límites y ostentando con orgullo la desnudez de los crueles.
  16. En la convicción de que nada debe cambiar, para que todo siga como siempre fue para algunos pocos, los progres se apoyan en Balzac o Lampedusa, quizás sin haberlos leído: todo debe aparentar cambios, para que otros (ahora ellos) disfruten la oportunidad de continuar haciendo lo mismo.
  17. Quítate tú, pa´ponerme yo: es el estribillo de la salsa de Johnny Pacheco y debería ser hoy el himno de los progres en su cruzada por el poder. No es más de lo mismo, sino lo mismo para otros, ellos, que (deslumbrados por la oportunidad caída del cielo) todavía no se advierten como los directos continuadores de quienes desplazaron.
  18. Quítote ya, pa´ponerme yo. No estoy buscando justicia, sino el amable acomodo, que tantas oportunidades ofrece. El viejo orden corrupto, que prometí arrancar de cuajo, puede aceptarme sin conflictos, tal como aceptó en su tiempo a quienes he desplazado. En mi caso, debe considerarse como reparación histórica.
  19. Actualizarse es el mandato. No es cosa de mantener el viejo look delator de las mismas actitudes fundamentalistas que el tiempo y la experiencia fueron derribando. Hay que diseñar otro envase, que desconcierte al consumidor y le haga creer que algo cambió, cuando en el fondo nada cambia.
  20. ¿Qué demanda hoy el mercado? Lo han averiguado y eso precisamente ofrecen. Cuando solo había demandas de voces aisladas, la oferta eran promesas de que en el futuro reinaría la Justicia y nadie tendría que demandar nada. Ahora que el alboroto de demandas colectivas abruma, hacen malabares para ofrecer algo a cada quien para acallarlos. ¿Se contradicen? ¿Pierden credibilidad? Tal es su oficio.
  21. El fascismo apuesta a que la libertad molesta a la mayoría, porque cuesta ejercerla y resulta siempre más cómodo no pensar en eso que vigilarla. Renunciar a la libertad, en cambio, solo promete inmediatos (aunque tal vez no tan duraderos) beneficios. Ante una opción tan simple ¿cómo equivocarse?

La verdad es que los hombres están cansados de la libertad. (Benito Mussolini)


Tribunal de abusadores y abusados

20 abril 2013

Otto Dix: Pintura

Georg Grosz: Eclipse de Sol

  1. Predica, pero no practica el respeto por la diversidad, el reconocimiento de los méritos ajenos, la permanencia en el trabajo. Su discurso progresista no tiene otro objeto que encubrir la decisión de abusar de todo aquel que se lo permita.
  2. Dime qué virtud te resulta por completo desconocida, y te diré que exiges de aquellos a quienes abusas.
  3. ¿Acaso queda alguien que se vea en el espejo como un abusador? En el supuesto (negado) de que un abusador exista, lo acusarían de aprovecharse de las molestias que otros sufren, y en tal caso él se vería comprometido a mejorar la situación de quienes chillan… ¡No! Lo más prudente es comenzar negando que haya abusados. Lee el resto de esta entrada »

Costosas ingenuidades

1 noviembre 2012
  1. José Guadalupe Posadas: Grabado

    Estamos sinceramente convencidos de vivir en el mejor de los mundos posibles. Para negar cualquier sospecha de habernos equivocados, tendríamos que estar en condiciones de compararlo con algo todavía peor. Con frecuencia, basta con abrir los ojos para divisar ese punto de referencia que tanto nos resistimos a imaginar.

  2. Mañana será otro día, si Dios lo permite, a pesar de que nada sería mejor para muchos hombres sagaces, que repetir exactamente la misma jornada de hoy, con los mismos errores y sufrimientos en los que suelen incurrir los ingenuos.  El temor al canmbio puede ser más fuerte que cualquier evidencia de que uno lo está pasando mal. Lee el resto de esta entrada »

Bric-á-Brac (universo de la nadería)

6 septiembre 2010

 

Willem van Haercht: Gabinete de curiosidades

Agrega un poco y tendrás mucho. (Ovidio)

La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites. La tontería no. (Claude Chabrol)

  1. Vive atrincherado en un territorio que sin duda es insuficiente para satisfacer sus más elementales necesidades, angustiado por las amenazas del futuro, dispuesto a perder la vida o matar para defenderse, antes que a compartirlo. Está condenado a perderlo todo, pero se resiste a lo inevitable.
  2. Coleccionar es la superstición que promete darle algún sentido a las vidas de aquellos que se creen incapaces de sobrellevarlas sin su estorbo.
  3. Hay una infinidad de pequeños objetos inútiles y caros, mientras hay también torpes imitaciones de lo anterior, solo que a precio ínfimo. Las dos clases valen lo mismo para quienes los coleccionan. Sin ellos para estorbarles el paso, lo más probable es que se sentirían perdidos. Lee el resto de esta entrada »