El chaqueteo consiste en degradar por envidia, por celos y miedo, hipócritamente, incurriendo en veladas calumnias, a un rival de quien se supone que por su superioridad desplazaría hacia abajo al otro, personaje común en los mandos medios de los sectores privado y público. (Arturo Montes Larraín)
Empujón: Una de las dos cosas que llevan al éxito, especialmente en política. La otra es el tirón. (Ambrose Bierce)
- Chaqueteo es el homenaje que la envidia opone a una admiración jamás reconocida (si alguien descubre que lo anterior le debe algo a La Rochefoucauld, tenga presente que yo lo denuncié primero)
- Desde hace un tiempo, nadie me critica. Buen signo. No diré que tengo controlados a mis adversarios, porque tal vez conspiren a mis espaldas. ¡Eso es libertad! Que se callen delante de mí, que murmuren cuando no los veo. ¡Lástima que todavía no me aplaudan, si primero no los obligo.
- Yo sé cuándo el aplauso es sincero y sé también cuándo nace del compromiso. Muero de ganas de conocer el aplauso espontáneo, incondicional, desafiante, inagotable. ¿Será mucho pedir que algún día me lo brinden? Lee el resto de esta entrada »