Estar aquí

23 May 2015
  1. Sé que estar aquí no es una ilusión, pero al mismo tiempo no puedo evitar la sospecha de que nunca entenderé muy bien dónde estoy parado: si en el pasado que no termina de morir, o en el futuro que no se atreve a llegar (Gramsci mediante).

    Antonio Gramsci

    Antonio Gramsci

  2. Cuando me pongo a escribir, las sensaciones más imprecisas pugnan por tomar forma. Por eso estoy aquí. La claridad que indica el final del trabajo, es una meta que apenas atisbo.
  3. Estar aquí, despierto, disponible. Eso es todo lo que importa hoy. Ser parte de algo que viene ocurriendo desde antes de que yo tuviera la menor conciencia de quien soy y continuará ocurriendo después de que deje de existir. Mientras tanto, sigo aquí.
  4. Cuando era joven, vivía pensando en el futuro, armando castillos en el aire, que como era de esperar debían desinflarse. Hoy no espero menos: aguantar un rato más, cumplir con unos cuantos compromisos. ¿Después qué?
  5. Si fuéramos capaces de oírnos, poco importa si apenas por un rato, con la atención necesaria para entender lo que el otro intenta decir, supongo que varias cosas cambiarían en esta ruidosa coexistencia de sordos.
  6. Nadie fue especialmente convocado para estar aquí. Las circunstancias se dieron. Carece de sentido buscar una explicación para la coincidencia. Ahora debemos hacer lo que corresponde.

    Edward Hopper: Sea Watchers

    Edward Hopper: Sea Watchers

  7. Te oigo. La oportunidad que me brindas de dialogar contigo, puede que no se repita. Por eso estoy aquí, dispuesto a no dejarla pasar.
  8. Los privilegios que pude haber obtenido de mis antepasados, sin el menor esfuerzo, no me corresponde reclamarlos. Estoy aquí, librado a lo que consigan producir mis manos.
  9. Apenas me descuido, comienzo a imaginarme otras situaciones donde soy mejor de lo que soy y disfruto de oportunidades que sé improbables. Debo recordar, para no perderme en ensoñaciones idiotas, que estoy aquí, que soy quien soy.
  10. El fantaseo te solicita, para que te internes en un laberinto donde habrás de disfrutar opíparos banquetes, aunque termines con el estómago vacío.
  11. Las promesas de inmortalidad no te seducen demasiado. Estás aquí, atento a lo que tus manos producen, para evitar que al menor descuido te vuelvas indigno incluso de esto que has llegado a ser.
  12. ¿Cuál es tu ventaja de sobrellevar un desengaño? No es haber acumulado otra cicatriz, ayer penosa, luego casi olvidada, sino la conciencia de estar aquí, tal vez con menores posibilidades de extraviarte.
  13. Las obras (grandes o pequeñas, por igual) no se elaboran para perdurar, sino para cargar de sentido al pánico de estar aquí.

    Prometeo

    Prometeo

  14. Mientras estoy aquí, concentrado en mi tarea, el absurdo cotidiano adquiere sentido. Se trata de una evidencia frágil, me reitera la experiencia, pero entre tanto el pánico de estar vivo queda fuera.
  15. Enciende el fuego. Iluminarás la noche, aunque solo sea brevemente, despreocupándote del castigo que sobrevenga. El desafío de Prometeo se reinicia cada vez, para dar sentido a la existencia.
  16. Aprende la lección de Prometeo: la previsible represalia de Zeus no te impedirá salirte con la tuya. ¡Comienza por robar el fuego!

Lee el resto de esta entrada »


Época de desaliento y fortaleza

23 octubre 2012

Prometeo encadenado

  1. Despertar en medio de la noche, acosado por las ideas más oscuras, las mismas que luego no tienen demasiada importancia, cuando se las mira  a la luz del día, es desagradable, pero termina por revelarse como una rutina más, de la que aprendí a librarme sin demasiado esfuerzo. Se trata de pensamientos horribles que andan por ahí, que tal vez nunca se quiten del todo, pero pueden ser marginados por un rato, y entonces duermo.
  2. Cada día me digo: intentaré cumplir con los compromisos que adquirí. A veces lo consigo, no sin sorpresa de mi parte, pero lo más probable es que deba recomenzar la misma tarea el día siguiente o en un futuro todavía más lejano. Sin duda, no es una empresa divertida, ni variada. Solo me quejaría si la tarea inacabable desapareciera de pronto. ¡Qué alivio paradojal! Mi vida carecería de sentido.
  3. En ocasiones la desazón más completa llega, se apodera de todo lo que veo, deja constancia de mis límites inocultables, mientras yo espero que pase y me permita evaluar con mayor objetividad lo que permanece en pie después de su visita. Lee el resto de esta entrada »