Engaños y desengaños

El desengaño camina sonriendo detrás del entusiasmo. Germaine de Stael)

Ilusión óptica

Ilusión óptica

 

  1. Haber envejecido es conocer con suficiente anticipación, el desenlace de aventuras que otros menos afortunados emprenden por primera vez, sin sospechar su futuro arrepentimiento. Si envejecer fuera una ventaja, no parece capaz de hacerte más feliz.
  2. Al entusiasmo le arruina su disfrute irresponsable de la vida, que el desengaño ande tan cerca, en lugar de estimarlo como el aguafiestas que le permitirá esquivar la fugacidad a la que se encuentra condenado.
  3. Todo el mundo necesita aprender, pero no siempre acepta que le enseñen.
  4. A los quince años, cualquiera puede vivir arropado en sus sueños, negándose a la realidad que probablemente le sea adversa. Medio siglo más tarde, continuar en la misma postura, es una decisión suicida.
  5. Nadie consigue ser ni siquiera aproximadamente aquel que soñó. Aunque no se trata de una buena noticia, peor sería continuar involucrado en el mismo error de cálculo, cuando se supone que algo debe aprenderse de la experiencia.

    Ilusionismo

    Ilusionismo

  6. Desde aquí, puedes ver con exceso de detalles incómodos, el desconfiable entusiasmo al que te entregabas en el pasado, confiando que a ti no habría de ocurrirte que nunca que debieras arrepentirte de la decisión tomada. No te detengas a lamentarlo más, porque estás perdiendo el tiempo. Reacciona y averigua si algo aprendiste en el camino.
  7. El error puede ser el mejor maestro de aquellos que no creen en autoridades, pero también el más costoso y de ningún modo el primero en el que uno confía el aprendizaje.
  8. Las cosas no suelen ser casi nunca lo que aparentaban ser. Este ha sido el tema de innumerables comedias de enredo y el centro de una infinidad de dramas reales.
  9. Nada parece más difícil de alcanzar que la verdad. Nada se destruye más fácil.
  10. Cuando la verdad te alcanza, pidiendo que te fijes en ella, no es raro que le des la espalda, horrorizado, en la confianza de recuperar el error, si es que no estás mirando en otra dirección, donde siempre hay cosas más interesantes.

    Gustave Doré: ilustración de Don Quijote

    Gustave Doré: ilustración de Don Quijote

  11. A Don Quijote le costó dos libros de ficción desembarazarse de sus ilusiones. Su peripecia nos divierte y conmueve. Nosotros, que habitamos el mundo real, podemos desperdiciar toda la vida sin librarnos del engaño. Cuando alguien nos observa, se impacienta. Lo más probable es que nuestro drama lo aburra.
  12. Conocerse a sí mismo es un lema bastante simple y a la vez una actitud tan difícil de aceptar para la mayoría, que se lo consideró digno de quedar inscrito en el templo del oráculo de Delfos.
  13. La verdad se hace desear, se hace temer, se resiste, cuesta conseguirla, mientras el error llega solo, sin necesidad de que lo inviten y luego es difícil quitarlo de donde se instaló.
  14. Apenas abandonas la guardia, el engaño se impone como si hubiera estado aguardando el momento para ocupar un sitio que de acuerdo a las evidencias le estaba destinado.
  15. Después de engañar a varios que suelen no preocuparse por nada que no los perjudique en ese momento, llega a convencerse de que la falsedad en la que incurrió no existe y la verdad no habrá de revelarse nunca.
  16. Soy fértil en errores. Debo parir con enorme esfuerzo, algo que pueda ser evaluado como cierto.
  17. ¿Acaso no sé quién soy? La pregunta denuncia una confianza detrás de la cual todo se vuelve posible, comenzando por el error de quien se resiste al desengaño.
  18. Engañarse es como endulzar el café. Puedes estimularte con la búsqueda de la verdad, ignorando si habrás de obtenerla,  pero es probable que también aguardes que te resulte placentera, actitud que anuncia la proximidad del error.
  19. Conocer la verdad y desengañarse llegan a ser sinónimos. La verdad desplaza en raras ocasiones al error, que no suele darse por vencido y regresa con el mismo aspecto u otro, como si nada hubiera ocurrido.
  20. Se aferra a sus ilusiones, como si no hubiera otro modo de alcanzar lo antes posible la muerte.
  21. La trama de las ilusiones que alimentó, llega a ser tan intrincada, que parece ofrecer una base sólida para tomar decisiones que marcarán su vida. Si no reacciona a tiempo, estará perdido.
  22. Lo más riesgoso de las ilusiones, es que suelen presentarse como certezas y no toleran cuestionamientos.
  23. El error se acumula por sí mismo y por doquier, como la mugre. Para encontrar la verdad, en cambio, hay que tomarse el trabajo de buscarla donde se esconde, identificarla y mantenerla a buen resguardo, porque no tarda en corromperse.
  24. Superas el desengaño y te descubres en el espejo como un vencedor tan magullado que tal vez no sobreviva el desafío. Te entregas al engaño, y al menos por un rato disfrutas la ilusión de creerte invencible.

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