Tribunal de abusadores y abusados

Otto Dix: Pintura

Georg Grosz: Eclipse de Sol

  1. Predica, pero no practica el respeto por la diversidad, el reconocimiento de los méritos ajenos, la permanencia en el trabajo. Su discurso progresista no tiene otro objeto que encubrir la decisión de abusar de todo aquel que se lo permita.
  2. Dime qué virtud te resulta por completo desconocida, y te diré que exiges de aquellos a quienes abusas.
  3. ¿Acaso queda alguien que se vea en el espejo como un abusador? En el supuesto (negado) de que un abusador exista, lo acusarían de aprovecharse de las molestias que otros sufren, y en tal caso él se vería comprometido a mejorar la situación de quienes chillan… ¡No! Lo más prudente es comenzar negando que haya abusados.
  4. ¡Si el abusador los abandonara a su suerte, se dicen los abusados, ellos terminarían por comprender que también los protege. Es él quien crea las condiciones que les impide hundirse en la ignominia. ¿Acaso tiene que proclamarlo, para que reparen en su generosidad?
  5. Si no te opusiste al abuso al que te sometieron, no deduzcas de una experiencia como esa que ya no tienes autoridad para quejarte. En mala hora pudiste actuar como cómplice, pero antes que nada sigues siendo la víctima.
  6. Cuando se abusa de otros, también se desconfía de su estúpida sumisión que ellos muestran. ¿Cómo puede ser que acepten sin chistar condiciones tan oprobiosas? Lo más probable es que se estén poniendo de acuerdo para revertir el abuso y bajar del pedestal a quienes los oprimen. ¡Hay que vigilarlos y reprimirlos! ¡Hay que detenerlos antes de que se organicen demasiado! ¡Si ellos supieran lo difícil que es alcanzar el poder y cuánto cuesta mantenerse en él!

    Otto Dix: Pintura

    Otto Dix: Pintura

  7. Explota, pero no abusa sexualmente de ancianos y enfermos que la suerte ha puesto a su disposición. Reserva sus energías para disfrutar de la carne joven y sana, que lo excita más y ni siquiera atina a defenderse.
  8. Abusar de otros no cuesta mucho esfuerzo y rinde buenos frutos para quien controla el proceso. Basta con olvidar que el abusado es alguien con necesidades similares a las de uno, para que de inmediato nazcan ideas incómodas que tienen como único objetivo aprovechar esa providencial desventaja.
  9. Hay un placer extra, casi deportivo, en aprovecharse del imbécil incapaz de advertir que abusan de su confianza. ¡Por Dios, que es fácil y sin mayores consecuencias resulta la tarea! Constatarlo causa una satisfacción mayor que abusar de quienes lo advierten y sin embargo no se encuentran en condiciones de evitarlo.
  10. Mientras más abusa de ellos, más agradecimiento le demuestran. Resulta un tanto aburrida esa relación, ¿pero cometería el error de desdeñarla?
  11. Hay abusados que no pueden ver más allá de la jaula que le asignaron. Se han resignado (o lo que todavía es peor) no consideran que haya otra situación que aquella que sufren. Si quedaran libres, por azar, puesto que no por su voluntad, probablemente entrarían en pánico.
  12. Da lecciones de una moral inalcanzable incluso para los más virtuosos, plantea estándares elevadísimos de comportamiento para todo el mundo, con el exclusivo objeto de distraer de la sumisión que exige de los abusados, sin otra recompensa que la satisfacción de haber cumplido con el deber. Colabora con los abusadores y caerá junto con ellos.
  13. Dime qué virtudes reconoces en un abusador y te diré si eres su cómplices o (lo más probable) una de sus víctimas. En un caso u otro, ¡despierta, porque te encuentras en mala compañía!

    Otto Dix: Pintura.

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  14. Ha decidido abusar de sí mismo, utilizar los recursos que le pertenecen como si fueran de otro, que no mereciera mayor consideración. Cuando se arrepienta, no tendrá el consuelo de afirmar que abusaron de su inocencia. Fue un estúpido. Eso es todo.
  15. Continúa regalando su buena voluntad, en un mundo que no puede ser más mezquino. Su generosidad irrita. Sienta un mal ejemplo, que los abusadores detestan. Alguien así es peligroso. No debe ser advertido de su error, sino destruido lo antes posible, para que la indignación de la mayoría no estalle.
  16. Abusarán de mí, porque no me dejan otra alternativa que aceptarlo, pero sé que lo hacen, conozco mis derechos, que todavía no reclamo y no obstante les cobraré la ofensa de haberme obligado a sonreírles mientras la indignación crecía.
  17. Si los abusados rechazaran la monserga de los abusadores, a ellos les quedarán dos alternativas. a) encontrar otros argumentos más ingeniosos para embaucarlos, b) renunciar a sus objetivos. Por lo general, escogen una tercera: c) intentan lo mismo que antes, en la esperanza de no ser descubiertos esta vez.
  18. Prácticamente se ofrece para que abusen de él. Resulta tan evidente su disponibilidad, que algunos abusadores desisten de hacerlo, sospechando que no hay imbecilidad y les tiende una trampa.

    Otto Dix: Pintura.

    Otto Dix: Pintura.

  19. ¿Vale la pena identificarse con los abusados? Mientras el abusador lo vea como una debilidad que no tarda en ser rechazada, puede entregarse a ella, demuestra su calidad de ser humano; pero si se convierte en una tendencia que vuelve a manifestarse en las situaciones más inoportunas, ha llegado la hora de reprimirla para evitar males mayores.
  20. Dejarse abusar tiene sus desventajas obvias, pero también una compensación imaginaria: el abusador protege al abusado, al menos mientras le resulta útil, con tal que ningún otro explotador lo utilice antes.
  21. Con tal de ser protegido de una libertad que te presentan como una situación amenazante, dejas que abusen y hasta lo agradeces, no sea que el favor que te dispensan los abusadores sea retirado de pronto y te hundas en el pánico de ser dueño de tu destino.
  22. Diálogos de abusados. No sirven de consuelo a nadie. Tampoco distraen de la meta común, que es enfrentarse a los adversarios que comparten. Sus debilidades, al organizarse, dejan de serlo.
  23. Hubo en el pasado la resignación de los abusados a la suerte que les había tocado por el solo hecho de nacer, cargando cada uno con su dolor y la confianza desmedida en que sus abusadores iban a concederle el premio de algún alivio. Eso quedó atrás. Al organizarse, todo adquiere sentido. Fueron separados para que no advirtieran el poder que disponían y desaprovechaban.

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